3.7.06

TRES LECCIONES DE TINIEBLAS



Y
dijo de él lo que sólo sabía. Que al pie del lecho había un perro inmóvil. Que el hombre estaba muerto. Que nadie acaso conociera su nombre. Que vivía solo. Que colgaba sus manuscritos húmedos en las grandes ventanas para que los secase el viento del atardecer. Que dejó escrito con caracteres ininteligibles un tratado de matemática de los colores, cuyo título era: De la obstinada posibilidad de la luz

NOTA AL MARGEN:

tampoco escogí yo el lado oscuro. Otra vez José Angel Valente